Durante todos estos días he seguido bailando, quizá un poquito más agotada y con mi barriga haciendo de las suyas para no variar pero eso también pasó, no podía debilitarme, NOOO! había que guardar fuerzas para encontrarse con Dalila...
Y bien, Dalila? espectacular!!! sin palabras vamos, no sólo como maestra ya que en todo momento se preocupó por cada una de nosotras, nos mostró la esencia real de un Baladi y nos descubrió un nuevo Saidi; también destacaría su calidad humana y calidez, su cercanía, paciencia y buen rollo, nos inundó de alegría durante los talleres y la comida. Acabé los dos cursos contenta por haber aprendido y haber conocido a alguien especial en su danza y en su vida, es de ese tipo de maestras que no se olvidan. Diciendo su nombre determinas un estilo dentro de la danza oriental, una fuerza y un sentimiento especiales. Si vuelve a Barcelona, volveré; si voy a El Cairo, la buscaré y mientras tanto iré practicando mucho pero mu-mu-mu mucho todo lo que nos dejó ayer.
1 comentario:
ey nena! que en esta foto falto yo! jeje! estuvo genial todo sí, la verdad es que Dalila es un amor. Besos!
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