Una llamada de teléfono me ha hecho ver las cosas de un modo un poco diferente, bueno, no sólo la llamada sino también los pequeños hechos y consecuencias que la han ocasionado: hay personas que nunca se van, o eso parece...es más, parece que siempre que pienses en ellas aparezcan, que cuando decides dejarlas atrás no te permitan que las borres, personas que aguantan tus días buenos y malos, que te ven divina pero también hecha polvo y sigues siendo algo especial para ellas, que adoran tus ojos, tu cintura, acarician tu pelo pero que a su vez, besan tu alma, escuchan a tu inteligencia y disfrutan de tu sonrisa.
A ti, si tú, te doy las gracias por dejarme disfrutar de tus pequeños momentos, de compartir tu sofá, de aceptarme tal como soy, de mirar embobado a mis ojos, de aparecer cuando te necesito, de aguantarme, de valorarme e incluso de hacerme sufrir; aún no sé porque apareciste en mi vida pero ya no me lo pregunto, sólo sé que estás en ella...vienes y te vas pero nunca abandonas. Te he amado, odiado, necesitado pero nunca te he olvidado siemplemente porque no puedo ya que has sido ladrón de mis emociones y lágrimas de mis noches. Me has dado risas y penas,
usado y ahogado de dolor pero con todo y eso, sigues a mi lado y yo al tuyo...
Recuerda que pase lo que pase sigues en mí y yo en ti, recuerda el tacto de mi espalda por la mañana, recuerda porque me quisiste olvidar y no pudiste...y recuérdame ya que no quiero que me olvides...