En mi caso no ha sido un verano destacable por ningunas súper vacaciones en el paraíso más bien, ha sido un verano de gimnasio, dieta, sol y más sol; precisamente no lo voy a recordar como el mejor verano de mi vida, ya que lo empecé estando de baja, pero sí como el verano en el que he madurado y crecido un poco más, en el que he tomado decisiones y he decidido cambiar la trayectoria de mi camino; ahora sólo me queda un invierno de esfuerzo y paciencia: alea iacta est!
Y cómo no! Ya viene ese pequeñito conjunto de fotos que ilustran un poco cómo ha sido mi verano; me despido del 2010 pero deseo ya mismo el del 2011 que seguro que será muuuucho mejor.
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